¿Qué piensan aquellos que votarán por un nostálgico de la dictadura (1964-1985), del porte de armas y de la “familia tradicional”? ¿Y aquellos que prefieren a Haddad, que tiene como gran referencia la era de Lula (2003-2010), cuando una economía boyante permitía impulsar programas de distribución de renta que sacaron a millones de personas de la pobreza extrema?
La AFP conversó con votantes de ambos lados y estos son sus testimonios.
Carlos Alberto da Silva, de 50 años, conductor de taxi en Río de Janeiro cree “que el salvador de la patria es Dios. No es que [Bolsonaro] sea el salvador de la patria, pero creo que es la persona mejor encaminada, más correcta para dirigir nuestro país, porque es una persona rígida. En este momento precisamos una persona que tome actitudes radicales” dice.
“Apoyo a Bolsonaro porque está a favor de castrar a los violadores, de militarizar los colegios, de que se respete a los profesores y que estos no sean agredidos dentro del salón de clase”.
Mientras que Ericky Tostes, subteniente de la Policía Militar del Estado de Río de Janeiro, dice que “los brasileños realmente están cansados de la violencia y yo, como policía, lo sé muy bien. Las pérdidas que tenemos aquí en el estado [de Río de Janeiro] son incontables. Perdí la cuenta de tantos entierros a los que fui, de amigos, de colegas”.
Voz de las mujeres
Mónica Mantelli, 46, abogada en Sao Paulo asegura que el ultraderechista Jair Bolsonaro “vino para sumar, no para dividir. Quiere gobernar el país de tal forma que haya un poco más de decencia, de transparencia y creo que va a lograrlo”, mientras que el vendedor Marcelino Oliveira Pontes, 46, reitera que se queda con Bolsonaro, “para que tengas una idea: yo siempre voté a Lula, pero hoy tiene un discurso chavista, un discurso alineado con nuestros vecinos [venezolanos] a quienes les fue muy mal con la política, y Lula apoya eso”.
Haddad... ¡es Lula!
Artur Sampaio, de 25 años, estudiante de Políticas Públicas para el desarrollo económico y social en Río de Janeiro, cree que el candidato de izquiera Fernando Haddad debe dirigir su país porque “para mí y los estudiantes que, como yo, entraron en los programas sociales que nos dieron acceso a la universidad, los ocho años del gobierno de Lula fueron los mejores de la historia del país”.
Mientras que Malvina Joana de Lima, una mujer jubilada, reitera que las políticas durante el gobierno de Lula permitieron que “las personas de clase media y baja no tenían condiciones de vida. Vivíamos de restos y fuimos reconocidos como ciudadanos. Pudimos estudiar, tener un trabajo, jubilarnos”.
Un sentimiento que todavía da esperanza a Joao Martins, 53, funcionario público del interior de Sao Paulo quien considera que “ahora tenemos (por delante) un proceso de reconstrucción del país, porque estos dos años de golpe [impeachment de Dilma Rousseff y gobierno de Michel Temer] hicieron estragos, convirtieron esto en una tierra arrasada, peor de lo que estaba cuando Lula llegó a la presidencia”.